Cuando comencé mi camino creí que solamente obtendría una gran experiencia, un sueño de la
infancia a punto de ser concedido, un reto personal que superar, un paso más en mi evolución como persona. Obtuve todo eso, que no era poco, y mucho más. Tanto que jamás podía imaginar que, tiempo después, aún sentiría, disfrutaría y padecería esta aventura como si fuese el presente.Lo que voy a contarles es el viaje de unos personajes que, como yo, se
convirtieron para siempre en "Hijos del Camino de Santiago".
Aprendí que el "Camino" no es igual para todos los peregrinos. Para unos es una aventura, para otros una evasión de su vida cotidiana, quizás un reto personal, para muchos es una promesa, para los menos sigue teniendo un motivo religioso, para algunos puede ser la búsqueda de un amor furtivo o uno no correspondido, o quizás, la obtención de amistades tan fuertes que se pueden considerar una hermandad. Pero, para todos, es un aprendizaje de la vida, es una vida simple y paralela donde podemos aprender qué es lo verdaderamente importante del mundo que nos rodea...
Aprendí a sentir mucho más mis pasos al andar, a amar más al prójimo y al extraño, a extrañar a lo que más quieres, a superar las adversidades, a levantarme después de ellas si eran capaces de tumbarme, a cumplir mis sueños, a ser partícipe de la consecución de los sueños de los demás, a mirar el mundo que nos rodea de distinta forma, y disfrutar de las cosas pequeñas.
En esta historia se explica una aventura singular a través de un camino milenario repleto de señales, secretos, leyendas, misterios, amistades, sufrimiento, disfrute y autosuperación. Es una aventura que todo el mundo debería experimentar al menos una vez en la vida, quizás su aventura no sea igual que la mía, pero el "Camino" está ahí para todos y aquí lo mostramos.
No os pareceis a la mayoria de jovenes de hoy en dia siepre de fiesta, vostros se nota que teneis ilusiones, SOIS LOS MEJORES.
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