martes, 9 de noviembre de 2010

Etapa 16 del camino de Santiago portugués. De Barcelos a Ponte de Lima. 33 km.

De oca a oca y tiramos porque nos toca...

... seguir en el juego del Camino de Santiago. ¿Juego? os preguntaréis... pues eso hemos escrito. Y es así en realidad, ya que el camino de Santiago se puede plantear como un juego. Vamos a explicar dos versiones de esta afirmación.
La primera, y la más histórica, se refiere a que en la antigüedad (y como leyenda templaria) el juego de la Oca era considerado por los Templarios como un mapa del camino de Santiago (Ruta desde Francia) en donde se podía observar los lugares de protección (coincidían con las casillas de las "Ocas" pues eran animales protectores). Todos los que pertenecían a la orden del Temple sabían que en dichos lugares,
poblaciones o "casillas" del mapa, había algún núcleo de la orden o, en algunos casos, se decía (repetimos que era según la leyenda) que estaba escondido el propio Santo Grial en alguna de las edificaciones templarias. Esto es una leyenda, pero la segunda versión de tomar al camino de Santiago como un juego es más real, más actual y, sin duda, más personal.
Hemos comentado, en más de una ocasión, que el camino de Santiago es una metáfora de la vida real de cada uno. La vida es, en realidad, un camino que recorremos por etapas, las cuales, inevitablemente, serán superadas con más o menos complicaciones. Cuando se superan sin dificultad, gracias a las herramientas de cada uno, nos llenamos de satisfacción y orgullo; pero si tenemos más dificultades de lo debido, podemos llegar más o menos cansados, desanimados o doloridos. Al fin y al cabo, eso es el camino de Santiago. Pero tanto al camino de Santiago como a la vida hay que tomarla (en algunos casos) como un juego en el que tenemos que disfrutar como tal. Como habéis podido observar en esta aventura con nuestros vídeos, escritos y fotografías (una de las que tenemos en esta entrada puede dar buena cuenta de ello), nos hemos tomado las cosas con humor ( a veces no tan bueno como quisiéramos, pero humor al fin al cabo), con simpatía, con humildad y con mucha diversión. Queremos pasarlo bien y que la gente lo pase bien con nosotros. Y, aunque a veces, tanto el camino como la vida te pone a prueba ( y creedme que así es), tenemos que levantarnos, poner la mejor cara, y superar nuestros miedos, problemas o debilidades para
proseguir caminando de la mejor forma posible.
Esto es fácil escribirlo, lo se, pero también lo podéis comprobar tomándoos un par de días de vuestra vida como un "juego" (sin volvernos locos y sin evadir responsabilidades). Sin duda, tendréis una sensación tan parecida a la que nosotros tuvimos realizando esta actividad que fusiona la cultura, el senderismo, la amistad y, sin duda, el "juego" de la oca.
Realmente, desde el principio del viaje nos hemos tomado el camino como un juego de la oca. Y eso también lo explicamos. Primero: teníamos a nuestro templario particular (Jaime) que se encargaba directamente de custodiar los bienes preciados de nuestras tierras y los transportaba por toda la geografía lusitana y gallega. Segundo: el viaje es en etapas diferentes
con finales distintos (otra metáfora de la vida) y nunca sabíamos cuánto tiempo y "cuantos pasos" (o "cuantas tiradas de dados") íbamos a utilizar. Tercero: una vez llegado a destino, teníamos un determinado "descanso" (en las "posadas") algunas veces mucho ("turnos sin tirar") o a veces muy poco ("sigue jugando"). Cuarto: teníamos visitas a la gente de los pueblos, lo cual hace que, como en el juego, pasásemos por bares, ranchos, tiendas, bodegas, peluquerías, etc. A veces con trascendencia a veces no, pero todas las "casillas" fueron importantes.
Quinto: íbamos de Oca a Oca sintiéndonos protegidos en nuestra actividad... teníamos un objetivo y teníamos la confianza de conseguirlo. Sexto: la enfermedad o la dolencia ("la casilla envenenada") dio su aviso en más de una ocasión durante el viaje... pero logramos superarlo. Séptimo: como en el propio juego ( o en la propia vida), durante el camino, hemos tenido que retroceder en más de una ocasión para encontrar la vía correcta. Octavo: el camino puede hacerse individual, en pareja, tres o 20 amigos si se quiere, pero siempre, siempre, se camina individualmente (aunque ayudando al prójimo).
Noveno (y último): como en TODO, hay un final. Y es un final alegre, fantástico y, especialmente, emocionante. Como el que gana el "Juego de la Oca".
Nuestra etapa decimosexta fue bastante asequible (utilizo la palabra asequible para no decir fácil porque a cada persona le puede resultar de muchas formas distintas) a pesar de que el camino fue más abrupto que en anteriores etapas pero, como hemos comentado, algunas etapas del camino que parecen sencillas se complican muchísimos y, en cambio, otras de mayor dificultad, se pasan sin darnos cuenta... esta fue una de ellas.
Una vez pasado el Alto da Portela (algo de subida pero con poca importancia) continuamos hasta Ponte das Taboas (emblemático puente que sale en mucha literatura medieval) y después Vitorino dos Plaes. A partir de entonces comenzamos a jugar al juego de la oca, ya que entre el Alto da Albergaria y Ponte de Lima, encontramos una casita rodeada de naturaleza y fauna (entre esa fauna había un grupo de ocas que custodiaban la finca) de unos amigos holandeses que nos la ofrecieron por una noche a muy buen precio... como experiencia única no lo podíamos rechazar... ¿dónde íbamos a dormir mejor?. Desde entonces tuvimos que ir y venir unas cuantas veces. Visitamos la ciudad de Ponte de Lima con mayor detenimiento, después tuvimos que ir hasta la cooperativa de los vinos verdes de Ponte de Lima (uno de los vinos más antiguos de Portugal), ya que fuimos invitados al 50º aniversario de la bodega y en donde realizamos el intercambio cultural de sus vinos verdes con nuestro vinos ibicencos de Can Maymó de la zona de San Mateo (perteneciente a Sant Antoni de Portmany). Lo malo de esta visita fue que, debido al momento tan importante para la bodega por el aniversario ya comentado, no tuvimos tiempo para hacer una cata como mandan los cánones de ADPIC, pero pudimos realizar el intercambio aún con el revuelo que había.
De vuelta a nuestra guarida, terminamos la "partida" con una buena cena tipo peregrino... vamos un plato de pasta...eso si deliciosa y con mucha fuerza... lo cual nos serviría para proseguir (a la mañana siguiente) a nuestro último destino en Portugal... Rubiaes.
Como si del juego de la Oca se tratara, jugamos una partida más y nos quedaban cada vez menos para llegar al destino final pero... lo mejor de todo era que... en dos etapas (o partidas) habrían más "jugadores" ¡Pronto lo veréis!

Vídeo de la etapa 16 del camino portugués e intercambio de vinos en Ponte de Lima:



Bodega de Vino Verde de Ponte de Lima:

Bodega Can Maymó de Ibiza:

4 comentarios:

  1. Pero que bien os explicais,como con los escritos haceis entender lo transendeltal de este camino,bueno y no digamos las ocas que salen por el video,jejejeje que guapas,y la amabilidad de la presidenta de las bodegas,es muy agradable encontrar gente tan dispuesta a colaborar.

    cada dia que pasa solo espero a la proxima etapa,es cada vez mas emocionante.

    Abrazos y animos que os vais acercando,ejjejej

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  2. jeje y que sigáis pasando de casilla por muchiiiisimo tiempo porque estos comentarios y experiencias no nos los podemos perder!! Qué buenos sois!! Y me quito el sombrero delante del escritor de estos relatos por cómo narra las historias y trasmite las sensaciones y sentimientos!! Enhorabuena!!

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  3. Jaimeeeeeeeeeeeeee que te pica la ocaaaa jajajajaja!!!!!Y estoy totalmente de acuerdo con encarni,la verdad que lo explica tan bien que parece que estamos alli.bss

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  4. Yo creo que es mejor romper esta etapa en Balugaes.

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